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 ¿Visitar qué? ¿Nuestras antiguas celdas? ¡Sólo me importa esto! ¡Que las tierras que
nos dieron vida nos olviden! Somos un pueblo aparte, y hemos encontrado nuestro
mundo. Lo demás ¿a quién le interesa?
 Es cierto... Es poco tiempo, y además compartiremos los turnos de vigilia y de
vigilancia.
 ¿Cuándo será el primero?
 Dentro de dos siglos y medio: tres meses de vigilia.
 ¿Cómo será el mundo entonces?
 No lo sé. Menos cálido.
 Durmamos entonces. Mañana será un día mejor.
 Sí.
 ¡Oh! ¡Mira el pájaro verde! Flota como un sueño...
Cuando despertaron esa primera vez se quedaron dentro de la instalación
cambiamundos en el sitio llamado Tierramuerta. El mundo era ya más frío, y en los bordes
del cielo había un tinte rosa. Las paredes metálicas de la enorme instalación eran negras,
y estaban cubiertas de escarcha. La atmósfera era todavía letal, y la temperatura
demasiado elevada. Pasaban la mayor parte del tiempo en sus habitaciones especiales;
sólo se aventuraban afuera cuando tenían que hacer algún experimento necesario, o para
inspeccionar la estructura de la vivienda.
Tierramuerta... Rocas y arena. Ningún árbol, ninguna huella de vida.
La época de los vientos terribles estaba todavía sobre la tierra, y el mundo luchaba
contra los campos de las máquinas. De noche, unas inmensas nubes se deslizaban por el
suelo esculpiendo las piedras, y cuando se iban los vientos el desierto brillaba como si lo
acabaran de pintar, y las piedras se erguían como llamas en la mañana y su canto.
Después que el sol subía en el cielo y flotaba allí un momento, los vientos comenzaban
otra vez a soplar, y la niebla parda caía otra vez sobre el mundo como un telón. Cuando
partían los vientos de la mañana, Jarry y Sanza observaban la Tierramuerta por la
ventana este de la instalación  la del tercer piso , que era su favorita; allí la piedra que
parecía un retorcido normoforme les hacía señas, y se tendían sobre el canapé verde que
habían subido del primer piso y a veces hacían el amor mientras escuchaban cómo se
levantaba el viento, o Sanza cantaba y Jarry escribía en el diario, o lo releía, la letra de
amigos y desconocidos a través de los siglos, y a menudo ronroneaban pero nunca reían,
porque no sabían reír.
Una mañana, mientras miraban, vieron una de las criaturas bípedas de los bosques de
yodo caminando por la tierra. La criatura cayó varias veces, se incorporó, continuó, cayó
otra vez y quedó inmóvil.
 ¿Qué estará haciendo tan lejos de su casa?  preguntó Sanza.
 Está muriendo  dijo Jarry . Salgamos.
Atravesaron un andén, bajaron al primer piso, se pusieron los respectivos trajes
protectores y salieron de la instalación.
La criatura se había levantado otra vez, y caminaba tambaleándose. Le cubría el
cuerpo un vello rojizo, tenía ojos oscuros, nariz larga y ancha, y carecía de verdadera
frente. Tenía cuatro dedos cortos con uñas afiladas en cada mano y cada pie.
Cuando los vio salir de la unidad cambiamundos se detuvo y los miró. Luego se
desplomó.
Jarry y Sanza se acercaron y la estudiaron.
La criatura los siguió observando, los ojos oscuros muy abiertos, temblando.
 Morirá si la dejamos aquí  dijo Sanza.
 ... Y morirá si la llevamos dentro  dijo Jarry.
La criatura alzó un brazo hacia ellos, y lo volvió
a dejar caer. Los ojos se le encogieron, luego se cerraron.
Jarry se acercó un poco más y la tocó con la punta de la bota. No hubo ninguna
reacción.
 Está muerta  dijo.
 ¿Qué hacemos?
 La dejamos aquí. La arena la tapará.
Regresaron a la instalación y Jarry anotó el suceso en el diario.
Durante el último mes de servicio, Sanza le preguntó:
 ¿Todo morirá aquí, menos nosotros? ¿Los pájaros verdes y los grandes
depredadores? ¿Los extraños arbolitos y las orugas peludas?
 Espero que no  dijo Jarry . He estado leyendo las notas que dejaron los biólogos.
Pienso que la vida puede adaptarse. Después que comienza en un sitio, hace todo lo
posible para continuar adelante. Quizá sea una suerte para las criaturas de este planeta
que sólo hayamos podido comprar veinte cambiamundos. De ese modo tienen tres
milenios para desarrollar más pelo y aprender a respirar nuestro aire y a beber nuestra
agua. Con cien unidades las habríamos exterminado, y tendríamos que importar criaturas
para mundofrío, o criarlas. De este modo, las que sobrevivan quizá no tengan problemas
luego.
 Es curioso  dijo Sanza , pero se me acaba de ocurrir que estamos haciendo aquí
exactamente lo mismo que nos hicieron a nosotros. Nos crearon para Alyonal, y una nova
se lo llevó. Estas criaturas nacieron en este lugar, y nosotros se lo estamos robando.
Simplemente transformamos toda la vida de este planeta en lo que éramos nosotros en
nuestros antiguos mundos: inadaptados.
 Hay una diferencia, sin embargo  dijo Jarry ; nosotros nos tomamos nuestro
tiempo, y les damos una oportunidad para que se acostumbren a las nuevas condiciones.
 A pesar de todo, la sensación que yo tengo es de que el mundo se está
transformando en eso  señaló hacia la ventana : en una inmensa Tierramuerta.
 La Tierramuerta ya estaba aquí antes de que nosotros llegáramos. No hemos creado
nuevos desiertos.
 Todos los animales van hacia el sur. Los árboles mueren. Cuando ya no puedan
continuar. más hacia el sur y la temperatura siga bajando, y el aire siga quemándoles los
pulmones, entonces todo habrá terminado para ellos.
 Para ese entonces quizá se hayan adaptado. Los árboles están creciendo,
desarrollando cáscaras más gruesas. La vida triunfará.
 Tengo dudas...
 ¿Preferirías dormir hasta que todo haya pasado?
 No; quiero estar a tu lado, siempre.
 Entonces tendrás que resignarte al hecho de que el cambio siempre hace daño en
algún sitio. Si aceptas eso, no te harás daño a ti misma.
Luego escucharon cómo se levantaban los vientos
Tres días más tarde, en la quietud del crepúsculo, entre los vientos del día y los vientos
de la noche, Sanza lo llamó a la ventana. Jarry subió al tercer piso y se acercó a ella. Los
pechos de Sanza eran rosados a la luz del crepúsculo, y debajo había sombras plateadas.
La piel de los hombros y las ancas era como un aura de humo. En su cara no había
ninguna expresión, y sus ojos grandes y verdes miraban en otra dirección.
Jarry miró hacia afuera.
Caían los primeros copos, azules e inmensos, a través de la luz rosada. Flotaban
pasando por delante del pétreo y torcido normoforme; algunos se adherían a la gruesa
ventana de cuarzo; caían sobre el desierto y quedaban allí como capullos de cianuro;
cuando llegaron los primeros soplos de los vientos terribles, empezaron a girar en
remolinos. Allá arriba se habían juntado unas nubes oscuras, y de ellas bajaban cables y
redes azules. Ahora los copos pasaban por delante de la ventana como mariposas, y el
perfil de Tierramuerta parpadeaba apareciendo y desapareciendo. El rosa se apagó, y
cuando llegaron a los oídos de ellos los primeros suspiros de la noche, y las oleadas de [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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