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ominosa base aérea, los sandinistas marchando hacia Texas, los narcotraficantes hispanos conducidos por
el archimaníaco Noriega y los árabes, locos en general. Más recientemente ha sido Saddam Hussein
después de que cometiera su único crimen, el de la desobediencia, en agosto del 90. Ahora es más
necesario que nunca reconocer lo que siempre ha sido verdad: que el principal enemigo es el Tercer
Mundo, que amenaza con «escapar a nuestro control».
Éstas no son leyes naturales. Los procesos y las instituciones que las han engendrado pueden ser
cambiadas. Pero el proceso requiere cambios culturales, sociales e institucionales no coyunturales, que
incluyan a las estructuras democráticas ya que la democracia no sólo consiste en elegir periódicamente
entre una selección de representantes del mundo económico para que manejen los asuntos internacionales
y domésticos.
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EN CASA : LAVADO DE CEREBRO
Cómo funcionaba la guerra fría
A pesar de las pretensiones, la seguridad nacional no ha sido un objetivo prioritario de los planificadores
y de los cargos electos de la política norteamericana. los archivos históricos lo demuestran claramente.
Pocos analistas políticos serios refrendarían las posiciones de George Kennan en octubre de 1948 cuando
afirmaba que «no nos amenaza el poder militar soviético, sino su poder político» ; o las del presidente
Eisenhower que sostenía que los rusos no pretendían la conquista de Europa Occidental y que el papel
principal de la OTAN era «crear un clima de confianza a la población europea, un clima que les hiciera
reforzarse políticamente en su oposición a los comunistas».
De la misma forma, Estados Unidos trataba de disminuir las posibilidades de solucionar el conflicto de la
Guerra Fría de forma pacífica, lo que podría haber puesto de manifiesto la verdadera «amenaza política».
En su historia de las armas nucleares, McGeorge Bundy escribe que él «teme la falta de seriedad de las
propuestas contemporáneas ... que podrían conducir a un acuerdo sobre misiles balísticos antes de que
fueran empleados», aunque incluso fueran la única amenaza militar real para Estados Unidos. Siempre el
primer objetivo era la «amenaza política» de lo que se denominaba «comunismo».
Subrayo que «comunismo» es un término amplio que incluye a todos aquellos con la «habilidad de
controlar a las masas... algo de lo que nosotros no somos capaces» según se quejaba el secretario de
Estado John Foster Dulles a su colega Alien, por aquel entonces director de la CIA. «Los pobres son a los
que se dirigen, y siempre quieren saquear a los ricos» añadía. «De forma que debemos protegerlos para
garantizar nuestra doctrina de que son los ricos los que deben saquear a los pobres».
Por supuesto tanto EE.UU como la URSS hubieran preferido que el adversario simplemente
desapareciese. Pero ya que esto hubiera supuesto la mutua aniquilación, se estableció un sistema de
control global llamado Guerra Fría.
Según posiciones convencionales, la Guerra Fría era un conflicto entre superpotencias, causado por la
Unión Soviética, a la que nosotros tratábamos de contener, y proteger al mundo de su influencia. Si esta
particular visión se convierte en dogma de fe, no hay necesidad de discutirla. Si se trata de aportar alguna
luz a la historia, se puede tratar de pasar el test, manteniendo claro un principio: si se quiere entender la
Guerra Fría, se debe prestar atención a los sucesos de la Guerra Fría. Si se hace de esta forma emerge un
cuadro muy diferente.
En el lado soviético, los sucesos de la Guerra Fría consistieron en repetidas intervenciones en Europa
Oriental: tanques en Berlín Oriental, en Praga y en Budapest. Estas intervenciones tuvieron lugar en el
mismo escenario que se usó para atacar y casi virtualmente destruir a Rusia
tres veces sólo en este siglo. La invasión de Afganistán es el único ejemplo de desviación en este teatro de
operaciones, aunque también se encuentre tocando la frontera soviética.
En el lado estadounidense, las intervenciones se llevaron a cabo a lo ancho de todo el planeta, reflejando
el estatus obtenido por EEUU como primera potencia global de la historia.
Desde un punto de vista interno, la Guerra Fria ayudó a mantener en el poder a una capa burocrática-
militar, y dio a EEUU un método para amedrentar a su población y para subsidiar la industria de alta
tecnología. No es sencillo vender esta historia a las respectivas poblaciones. La técnica usada era la única
posible: el miedo a un gran enemigo.
Esto también lo facilitaba la Guerra Fría. No importaba cuan estúpida pudiera parecer la idea de que la
Unión Soviética estaba estrangulando con sus tentáculos a Occidente, el «imperio del mal» parecía en
efecto maligno, era un imperio y era brutal. Cada superpotencia controlaba a su principal enemigo, sus
propios pueblos, aterrorizándoles con los crímenes de su enemigo, por otra parte reales.
En sus aspectos más relevantes, la Guerra Fría era un especie de acuerdo táctico entre EEUU y la URSS,
bajo el cual Estados Unidos llevaba a cabo sus guerras en el Tercer Mundo y controlaban a sus aliados
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occidentales, mientras que los gobernantes soviéticos mantenían una tenaza de acero sobre su propio
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